martes, 14 de septiembre de 2010

La mala educación



Embarcado en su particular odisea medieval, el Arzobispado de Valencia ha tenido la brillante ocurrencia de elaborar un programa de “educación” sexual para alumnos de 5 a 14 años. Aunque suene a broma, el proyecto se llama “Saber Amar Básico Escolar” (SABE) y consta de 18 sesiones de 90 minutos cada una (tranquilos, de momento no hay electroshock).

Tampoco hay sorpresas. La jerarquía eclesiástica se mantiene en la misma concepción de la sexualidad que en los tiempos en los que tenían algún poder en la sociedad. El dogma es el dogma y las viejas consignas, aunque huelan a carroña, no varían. La homosexualidad se define en el programa como una “disfunción” y la masturbación como pecado mortal. El aborto es un asesinato y los preservativos, una vía hacia la lujuria. Se prevé que Osoro anuncie una línea de moda de cinturones de castidad en los próximos días.

Los líderes de la Iglesia todavía no han podido asumir el despertar sexual de la sociedad. La sexualidad ya hace tiempo que dejó de vincularse únicamente al acto reproductivo, pese a quien le pese. Pero eso del goce terrenal a ellos no les va: prefieren el sufrimiento en vida para disfrutar después de muerto (parece que ven el proceso de la descomposición cadavérica como una fiesta). El medioevo ya hace tiempo que expiró, y la ciencia ha desmontado los viejos mitos –basados en el miedo y la ignorancia- que propugnan los empresarios eclesiásticos. Ni la masturbación decapita a los adolescentes ni la homosexualidad es ninguna enfermedad. Pero el saber no siempre triunfa y aquellos que abominan de Darwin pueden ser los mismos que adoctrinen a nuestros hijos prohibiéndoles los anticonceptivos. Y es que parece ser que a la cúpula del Arzobispado no llegan los periódicos. Un dato, monseñor Osoro: el Sida mata al año a más de un millón de personas. Tómenlo en cuenta para su programa.

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